La ciudad de Granada ha sido escenario de un reciente conflicto que resalta la intersección entre la expresión pública y los derechos LGBTI. Como menciona Ideal, la controversia surge a raíz del borrado de los colores de la bandera LGBTI de algunos semáforos en la zona céntrica, un acto que ha generado un gran revuelo entre diferentes colectivos y partidos políticos.
Estos semáforos, que en su momento fueron pintados con los colores del arcoíris para simbolizar la inclusión y la diversidad, ahora se encuentran desprovistos de estos tonos vibrantes. Los colectivos LGBTI como Granada Visible, junto con otros simpatizantes de la causa, han levantado la voz para denunciar lo que consideran un acto de invisibilización y retroceso en la lucha por la igualdad y la visibilidad de la comunidad LGBTI.
El debate ha trascendido las fronteras locales, invitando a una reflexión más amplia sobre cómo los símbolos públicos contribuyen a la construcción de una sociedad más inclusiva y tolerante. La acción de borrar los colores ha sido interpretada por algunos como un mensaje negativo hacia la comunidad LGBTI, lo que ha generado críticas hacia las autoridades municipales, quienes son vistas como responsables de este acto.
En el ámbito político, el tema ha generado un cruce de acusaciones y posturas entre diferentes partidos. Algunos representantes políticos del PSOE han expresado su descontento y han pedido explicaciones al respecto, poniendo en evidencia la división existente en torno a cómo deberían representarse los derechos y la diversidad en el espacio público.
La reacción pública ante la controversia ha sido notable. Diversas manifestaciones y expresiones de apoyo en redes sociales han surgido como una forma de mostrar solidaridad hacia la comunidad LGBTI y de reivindicar la importancia de mantener visible la lucha por la igualdad y la inclusión.